Restauración

El estado de conservación de un abanico depende del paso del tiempo, de su uso, y de la naturaleza de los elementos que lo componen.

Las principales patologías son rotos, lagunas y desgarros tanto en el país como en el varillaje, suciedad, manchas o alteraciones químicas, perdida de elementos constitutivos (virola, anilla, espigas o varillas) o de elementos decorativos (pedrerías, lentejuelas, ribetes o aplicaciones metálicas).

Por último los daños constatados por antiguas intervenciones con poca fortuna, daños causados por reparaciones con adhesivos, recosidos o cintas de cello.

El polvo es una patología habitual que puede ser de mayor o menor grado y que afecta de forma especial a los materiales textiles.

La polución ambiental es también un agente degradante que interactúa con los parámetros medioambientales produciendo alteraciones irreversibles (sulfuración, sulfatación y oxidación), y que afectan de una forma considerable a los elementos metálicos presentes en la configuración del abanico y en las decoraciones.

Las manchas por lo general de diversa naturaleza pueden ser de perfume, maquillaje, derrame de líquidos, cera, grasa, tintas, etc. Una patología muy común en soportes celulósicos es la provocada por la utilización de tintas ferrogálicas en la ejecución de las decoraciones.

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